Una de las creencias más generalizadas en cuanto a zapatos se refiere es pensar que el serraje es más delicado que otras pieles. Y sí, hablo de serraje y no ante porque otro de los errores comunes es confundir estos dos tipos de pieles.
El ante es una piel cuyo origen puede estar en diversos animales, desde el alce, cabra, ternero o cerdo. Su característica textura suave y aterciopelada se consigue en la cara interior de la piel, que es adobada, curtida y lijada.
En cambio el serraje es una piel de origen vacuno, que se divide de forma mecánica debido a su grosor. Su aspecto puede ser más tosco, su “vello” más largo y su aspecto menos homogéneo.
Sin embargo, el serraje es más resistente y menos delicado que el ante, más preciado y exclusivo por otro lado.
Actualmente tanto uno como otro pueden ser protegidos con gran eficacia por sprays nanoprotectores. Y en realidad el roce o la lluvia estropea por igual a este tipo de pieles, con la diferencia de que en este caso pueden ser fácilmente protegidas.
[Esta información ha sido extraída de la Revista “Cómo cuidar tu calzado.”]